jueves, 29 de diciembre de 2016

El poder del discurso a partir de Teum Van Dijk.





Teum Van Dijk nos habla del poder que tiene el discurso. Aquí es cuando me viene a la cabeza  esa frase tan reconocida que dice “Una imagen vale más que mil palabras”, frase que  si pensamos detenidamente no es una verdad tan absoluta como aparenta ser.

 Lo cierto es que todos nos hemos visto manipulados por comerciantes que nos querían  vender algo; amigos u otras personas que pretendían convencernos, cambiar nuestra percepción…muchas veces las palabras han embriagado a muchas más personas de lo que lo han hecho las imágenes, pero si juntamos ambas, como lo es el discurso, un conjunto multimedia,  el resultado es una bomba compleja de información que puede llegar a presentarse como verdad absoluta. 

Afirmamos ahora, con mayor certeza,  que las palabras son él arma más importante que tiene el ser humano, con ellas podemos herir o fortalecer a alguien, cambiarle el punto de vista y la opinión, las acciones e incluso los pensamientos. No obstante, para que ocurra todo esto es necesario saber utilizar las estrategias del discurso.

Teum se focaliza en este último punto, partiendo de las bases de que el poder es algo establecido socialmente y que,  aunque sea una forma de oprimir, bien llevado, en su sitio correspondiente, se vuelve un elemento positivo. 

Ya hemos visto y vivido varias formas de dominación, pero ¿Cuándo se vuelve negativo? , esta pregunta es un tanto compleja, a pesar de ello, pensar en lo negativo del poder es pensar en que este  limita las libertades, controla la mente de las personas y/o ejerce la fuerza. Además, analizando un poco a quienes poseen ese privilegio, a los poderosos, a lo largo de la historia nos podemos percatar de que este está sustentado por  recursos sociales y materiales.  
Dentro del primero estarían la fama, el conocimiento, la información y el acceso al discurso público, mientras que, dentro del segundo se encontrarían el dinero, la posesión de tierras y el ámbito militar.

Actualmente, si pensamos en poder lo primero que se nos pasa por la cabeza son los recursos sociales, ya que, hoy en día, el control  se ejerce a partir del habla y para llegar a este se necesita tener acceso al conjunto de la población, por tanto, aquel que ejerza una mayor preponderancia sobre el discurso público y el contexto donde se encuentra la información será el responsable de nuestros pensamientos y acciones. 

Este último párrafo señala la primera etapa de la aplicación del dominio que ejerce el alegato. No obstante, para que eso sea posible y como ya se ha mencionado anteriormente, se necesitan una serie de estrategias que corresponden con la segunda  dimensión. Entre las estrategias más usadas se encuentran la estructura del discurso,el léxico, las repeticiones, las metáforas, los temas  y la utilización de las comillas, tanto para reflejar la opinión de alguien con mucha influencia  como para alejarse de la de aquel con el que no estamos de acuerdo.

Si reflexionamos alrededor de la estructura del discurso, esta adquiere un papel importante si lo que queremos es generar una simpatía o un desagrado en los consumidores sobre algo o alguien, para ello es necesario jugar con las emociones, la intertextualidad, los factores de atención y otros tantos elementos psíquicos que no conocemos a menos que hayamos estudiado o indagado sobre ello.

Respecto a los temas, estos suelen repetirse, en los periódicos, en la televisión… una y otra vez vemos debates, charlas y noticias similares que a veces llegan a aburrirnos y siempre desde un único punto de vista, eso sí, se nos quedan grabados en la mente convirtiéndose en parte de nuestra experiencia cuando adquieren la categoría de recuerdos o imágenes que revocamos de vez en cuando, terminando por convertirse en modelos mentales generales que acaban formando un prejuicio o una actitud concreta, tanto positiva como negativa. 

La metáfora es una de las figuras retoricas más empleada en los discursos y conversaciones, ya que suele involucrar sentimientos, emociones e intertextualidad. Sin embargo, en los alegatos de poder se suelen repetir estas mismas figuras retoricas para crear en nuestras mentes cierta relación entre una palabra y un sentimiento o emoción, por ejemplo,  la metáfora “oleada de inmigrantes” nos hace sentir que estos nos ahogan, por tanto tenderemos a generar cierto desagrado hacia ellos; lo mismo ocurre con “La invasión de del castellano”, que nos crea una reacción de enfrentamiento hacia la lengua castellana, pues nos vemos atacados por ella como si se tratara de un ejército aplastante.

Una vez tenemos acceso al discurso público, controlamos el contexto, la información, tenemos recursos sociales o materiales  (tal vez ambos) y utilizamos las estrategias ya nombradas, estaremos llegamos a la última dimensión, al objetivo del dominio del  alegato,  en otras palabras, pasaremos al último nivel del poder que no es otro que el control de las consecuencias del discurso en la mente del público. 

Una vez se poseen hilos manipuladores sobre los temas, el léxico, las metáforas, quién y qué información se transmite al dialogo público; la población que lo percibe reconstruye un modelo mental que luego pone en comparación con la vida real, viéndola con esas gafas impuestas por aquellos que tienen el poder, en otras palabras, somos ciegos con gafas compradas en un monopolio internacional.

Para terminar, teniendo en cuenta que nos han puesto unas gafas de un color concreto, se nos hace muy difícil ver el mundo de otro tono, por tanto, en el momento en el que una noticia, de esas que se repiten, expliquen una situación, ya no será necesario que explicite quién ha realizado tal y tal acción porque a nuestros ojos siempre será del mismo color, pues es una verdad generalizada y asimilada por todos y culparemos a quien no es culpable e idealizaremos a quien si lo es.

En conclusión, solo cuando nos demos cuenta de que no estamos ciegos y nos quitemos las gafas, siendo necesario para ello la lectura y la escucha de discursos de diferentes puntos de vista, así como del análisis crítico de la misma y del conocimiento, seremos capaces de ver la realidad sin maquillaje, pues debemos ser conscientes  de como pretenden dejar la sociedad y aprovecho para citar una palabras de  la canción Una lagrima en el suelo,  de Barricada “Que la quieren dejar muda, ciega, coja, sorda y rota”, que a pesar de estar descontextualizada (quien haya escuchado la canción sabrá que  se refería a la memoria histórica de laguerra civil)  refleja perfectamente lo que quieren conseguir aquellos que están en el último escalón de la pirámide. 

Si relaciono el poder del discurso y todo lo comentado con mi futura profesión, pienso que realmente la comunicación ejerce un poder inmenso en el alumnado y que, como bien sabemos, tendré que usar desde un punto positivo. Sin embargo también soy consciente de que eso implicará una paradoja, pues intentando desarrollar en ellos el sentido crítico para que no sean víctimas de manipulaciones estaré utilizando, a pesar de intentar no hacerlo, estrategias un tanto adulterantes sobre sus opiniones, preferencias y modos de hacer.